En nuestra cultura, hemos normalizado que sobrevivir es lo único importante. Culines de mujeres en el mundo salen a trabajar de madrugada, dejando a sus hijos al cuidado de personas no necesariamente confiables, para trabajar y darles la comida y techo.
Millones de personas estudian algo que les asegure el futuro, con la única finalidad de no pasar carencias, y en el camino abandonases sueños.
Millones de hombres se alejan de sus emociones para ser los proveedores, mientras en casa se les necesita para hacer la tareas.
Es un mundo que ha sacrificado lo importante con tal de sobrevivir. La sobrevivencia es la principal arma que utiliza el ego para alejarnos de nuestra felicidad, del compartir, del placer de estar vivos. Desde muy pequeños nos condicionaron para ser esclavos de un sistema en el que a la larga somos peones en el tablero de otros que generan mucho más que sobrevivencia, con tal de asegurar lo mínimo para vivir dignamente.
Si los humanos descubriéramos el poder que tenemos de crear una vida abundante a través de la intención en lugar del esfuerzo, no tengo ningúna duda de que el mundo sería mucho más equitativo, y cada cual podría hacer y compartir lo que mejor sabe hacer en lugar de correo renunciando a todo por la sobrevivencia.